La idea de una red trófica en un sistema ecológico es sencilla: quitar un vínculo o un enlace quiebra el sistema. Pero la naturaleza es un sistema complejo, y no es siempre claro como la ausencia de una especie puede afectar a las demás.
En otros casos, la conexión es manifiestamente clara.
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Las vicuñas silvestres de Argentina son parientes cercanos de alpacas y llamas. Por décadas, vicuñas, pumas, y cóndores han estado intrínsecamente conectados, sustentando el ecosistema altoandino del Parque Nacional San Guillermo de Argentina: las vicuñas pastaban la grama. Los pumas depredaban las vicuñas. Y los cóndores dependían de las sobras de los pumas.
O sea, así fue hasta los últimos años, cuando una por una, cada una de estas relaciones se desmoronó como consecuencia de un brote de sarna que diezmó la población de vicuñas en el parque, en menos que cinco años.
Que ocurre cuando una enfermedad altera un ecosistema protegido con tanto vigor que sus efectos en cadena afectan a casi toda la vida silvestre y la vegetación en el área?
Un estudio publicado en la revista Ecology Letters investiga como el brote de sarna modificó las fuertes relaciones en la red trófica anteriormente mantenidas por los pumas.
El estudio también demuestra cómo incluso los parques más remotos no se hallan completamente protegidos de impactos antropogénicos. Un estudio reciente de University of California-Davis indica que el brote de sarna se originó con llamas domesticas que fueron introducidas en zonas privadas fuera del parque.
“Este parque es casi lo más remoto posible, con muy poca actividad humana, y sin embargo no es inmune a los efectos de actividades antropogénicas que ocurren a cientos millas de distancia,” dijo la coautora principal Justine Smith, una profesora asistente en el departamento de Vida Silvestre, Peces, y Biología de la Conservación de UC Davis. “Los agentes patógenos pueden propagarse rápidamente, limitando el tiempo que los animales tienen para responder o adaptarse. Es posible que veremos consecuencias accidentales para los cuales deberíamos prepararnos toda vez que se trate de poblaciones de animales amenazadas.”
Reacciones en cadena
La sarna Sarcóptica es una enfermedad muy contagiosa que ocurre cuando ácaros parasíticos penetran debajo de la piel, causando dolor y dificultades para moverse y forrajear. Muchos animales afectados se mueren de hambre o por depredación.
Cuando los autores del estudio descubrieron los efectos de la sarna en el parque por primera vez, ya estaban estudiando a los pumas y las vicuñas. Por causa de ello, cambiaron su enfoque para investigar la reacción en cadena del brote de sarna en 2015.
Los investigadores monitorizaron a los cóndores, los pumas, y las vicuñas con aparatos GPS, y usaron una combinación de relevamientos de vegetación en sitio y detección remota por satélites para analizar los cambios en el paisaje. Los investigadores y técnicos de campo también recolectaron datos sobre la densidad de vicuñas, la prevalencia de la sarna, y el comportamiento de caza de los pumas.
Sus resultados indican que las enfermedades introducidas pueden provocar cambios rápidos y catastróficos en poblaciones silvestres y sus ecosistemas.
“Los cambios en el paisaje ya eran evidentes mientras recolectamos los datos para confirmar estos padrones,” dijo la coautora principal Julia Monk, una candidata al doctorado en la Facultad del Medioambiente de la Universidad de Yale. “Al principio del proyecto vimos cóndores cada día, pero más tarde pasamos meses enteros sin ver un cóndor. Y los llanos que eran casi desnudos cuando empecé mis investigaciones en el parque se llenaron de vegetación la próxima campaña.”
Pequeño ácaro, grandes cambios
Antes del brote de sarna, los pumas posaban el peligro más grande para las vicuñas, cuyos movimientos y padrones de forrajeo eran organizados para evitar los pumas. Pero al fin el pequeño ácaro constituía una amenaza mucho más grande.
El estudio encontró que la población de vicuñas decreció de 17 individuos por km2 antes del brote a 1 individuo por km2 en 2020. Los cóndores, que eran los carroñeros más abundantes en el sistema, finalmente abandonaron al parque una vez que su fuente de alimentación desapareció.
Los impactos sobre los pumas, los depredadores topes del parque, no son claros, porque los collares GPS que se usaban para monitorizar sus movimientos solo operaban hasta 2017. Los investigadores saben que por lo menos un puma que observaban se murió de hambre; sin embargo, se veían pumas frecuentemente durante todo el proyecto. Anecdóticamente, los autores también observaron pumas consumiendo animales más pequeños, como tuco-tucos (roedores pequeños).
Ansiedad para el ecosistema
Los cambios en las poblaciones de animales también alteraron el paisaje. La tierra desnuda se cubrió de pastos a través de extensiones visibles desde el espacio. La biomasa vegetal aumentó 900% en zonas donde vicuñas habían preferido forrajear para evitar la depredación por los pumas. Es posible que estos aumentos en la vegetación desencadenen un auge en la población de liebres europeas, aunque más investigaciones serán necesarias para verificar este fenómeno.
“La verdad es que no sabemos si o como el sistema se recuperará,” dijo Smith. “Volverá a su estado anterior, o emergerá un nuevo equilibrio en la red trófica? Es difícil predecir.”
Los científicos dicen que el estudio también recalca la importancia del monitoreo de línea de base, de la investigación básica, y de apoyar la capacidad de científicos afuera de los E.E.U.U.”
“Es vital que sigamos apoyando nuestros colegas en la Argentina, que han trabajado por décadas para entender y proteger este sistema único, si queremos seguir monitorizando los efectos continuos de la enfermedad y promover la recuperación del ecosistema,” dijo Monk.
Otras instituciones copatrocinadoras del estudio incluyen la Fundación Rewilding Argentina, INIBIOMA-CONICET, y la Universidad Nacional de La Plata en Argentina, y University of Wisconsin-Madison, Smithsonian National Zoo and Conservation Biology Institute, y University of California-Berkeley en los E.E.U.U.
La investigación fue financiada por el National Geographic Society, Yale University, University of California- Berkeley, CONICET, y varias otras organizaciones en el tema de la conservación.
Media Resources
Contactos:
- Emiliano Donadio, Fundación Rewilding Argentina, edonadio@rewildingargentina.org
- Julia Monk, Yale School of the Environment, julia.monk@yale.edu
- Justine Smith, UC Davis Wildlife, Fish and Conservation Biology, justinesmith@ucdavis.edu
- Kat Kerlin, UC Davis News and Media Relations, 530-750-9195, kekerlin@ucdavis.edu